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El físico teórico Michio Kaku pronostica novedades tecnológicas |
Michio Kaku es un físico teórico, cofundador de la
teoría de cuerdas, y profesor en la City University de Nueva York. Es
posible que lo reconozcas como el presentador del programa Sci Fi
Science, del Science Channel.
También es autor de varios aclamados libros de ciencia, incluyendo el
recientemente publicado Physics of the Future: How Science Will Shape
Human Destiny and Our Daily Lives by the Year 2100 (
Física del futuro: Cómo la ciencia moldeará el destino humano y nuestra vida diaria para el año 2100).
Para su última obra, Kaku habló con más de 300 científicos que
desarrollan conceptos futuristas en áreas como la exploración espacial,
la medicina y las computadoras.
Usted es un físico teórico, ¿qué significa eso? ¿Cómo describiría su trabajo cada día?
Un físico teórico utiliza las matemáticas puras con el fin de encontrar
las leyes fundamentales del universo. Mientras que un físico
experimental utiliza equipos sofisticados y caros para investigar las
leyes fundamentales, nosotros los teóricos tratamos de explicar los
experimentos complejos usando las matemáticas. Esto significa que mi
pluma es mi laboratorio. En las caricaturas, a los teóricos nos
representan llenando pizarrones (de algoritmos) con nuestros colegas y
diciendo cosas lindas. Sí, eso hacemos también. Pero, básicamente,
pasamos muchas horas solos, jugando con bloques de ecuaciones en la
cabeza, tratando de compaginarlas y dar sentido a los resultados
experimentales.
En su nuevo libro, Physics of the future, habla de autos voladores y
seres humanos que viven en el espacio en 2100. ¿Acaso vamos a vivir como
los Supersónicos?
La persona promedio a veces se pregunta: “¿Dónde están los propulsores,
el auto volador, la sirvienta robot, y el boleto a la Luna que los
científicos predijeron?” En realidad, estas predicciones las elaboraron
caricaturistas, no físicos. Hoy en día, ya contamos con propulsores para
volar, autos voladores, y viajes a la Luna, pero son muy caros. Por esa
razón los consumidores no tienen estas cosas. Sin embargo, en el futuro
los precios se reducirán. También podríamos entrar en la Era del
Magnetismo con la llegada de imanes muy baratos. Esto significa que un
día nuestros coches y trenes podrían flotar sobre un colchón de
magnetismo. Esto también podría resolver la crisis energética, ya que la
mayor parte de la energía de la gasolina se gasta en superar la
fricción del camino. En el futuro, los coches podrían flotar sin
esfuerzo, con sólo una pequeña cantidad de energía.
En el año 2100, podríamos tener un ascensor espacial, en el que bastaría
con pulsar el botón de Subir para dar un paseo por el espacio exterior.
Las súper fibras (llamadas nanotubos de carbono y grafeno) son, en
teoría, lo suficientemente fuertes como para soportar un cable de miles
de kilómetros de largo hacia el espacio, llevando un elevador.
¿Cuál es la probabilidad de que proyectos como la inteligencia
artificial y la ingeniería genética estén totalmente desarrollados hacia
el año 2100?
Hoy en día, los científicos ya pueden manipular genes individuales, y
también construir robots con la inteligencia de una cucaracha. Pero el
poder de la computadora y la secuenciación de genes se duplica cada año
aproximadamente, por lo que eventualmente seremos capaces de manipular
las puntuaciones de los genes y crear robots con inteligencia cada vez
mayor. En 2100, es concebible que seamos capaces de crear casi todos los
órganos del cuerpo a partir de sus propias células, fabricando una
tienda del cuerpo humano de órganos de repuesto, disminuir la velocidad y
posiblemente detener el proceso de envejecimiento humano a nivel
genético, crear bebés de diseño para que los padres puedan elegir muchas
de las características genéticas de sus futuros hijos, y curar el
cáncer y otras enfermedades mediante la creación de nanopartículas, que
son como bombas moleculares inteligentes que atacan células de cáncer
individuales.
¿Qué hay del futuro de internet dentro de 100 años? ¿Cómo cambiará internet y cómo afectará a nuestras vidas?
En unos 15 años, el internet estará en todas partes, incluyendo nuestros
lentes de contacto. Vamos a ser capaces de parpadear y ponernos en
línea. Estos lentes de contacto nos permitirán identificar las caras de
la gente y traducir lo que están diciendo en inglés a través de
subtítulos. (Esto ayudará a) los estudiantes que se preparan para
exámenes finales, a actores y políticos a memorizar sus líneas, o a
turistas que quieren ver al Imperio Romano resucitado a medida que
caminan entre las ruinas de la antigua Roma. Con el tiempo, vamos a
acceder a internet mentalmente. Microchips en nuestras cabezas nos
permitirán controlar mentalmente objetos que nos rodean y también
controlar internet mediante lentes de contacto.
Además, el internet estará en las paredes en forma de papel tapiz
inteligente. Los físicos ya pueden producir papel inteligente, que puede
ser pegado en las paredes, así que cuando tenemos que hablar con un
abogado o con un médico, un robot-médico o robot-abogado animado
aparecerá en la pared. Nuestras salas consistirán de muros de 360 grados
conectados a internet, por lo que estar en línea será como vivir en la
película The Matrix.
¿Cuáles son las desventajas de todos estos descubrimientos y avances tecnológicos?
La ciencia es una espada. Un lado puede ayudar a curar a los enfermos,
dar energía a los débiles y poder a los que carecen de él. Pero el otro
lado también puede esclavizar, si se usa incorrectamente.
Enfrentamos los peligros de la bioingeniería de gérmenes, que pueden ser
armas para matar a millones de personas. También nos enfrentamos a la
amenaza de la proliferación nuclear. Pero la gran esperanza es que la
revolución de la información extienda la democracia, y la historia nos
dice que las democracias nunca hacen la guerra a otras democracias.
Por lo tanto, dado que internet extiende la democracia, vamos a ver que
los que carecen de poder ganan voz y reducen el poder de las dictaduras,
lo que disminuirá los altercados que crean guerras. Seguiremos teniendo
guerras, pero vamos a tener menos.
Por Anna Shcherbakova | CNN